Entré a la librería "El espejo" de calle Deán Funes 163, Paseo Santa Catalina Local 4 Centro . Córdoba (en el mapa de la isla de Córdoba, el tesoro se marca con esta cruz)
Había escuchado en Radio Universidad Córdoba que esta librería era la única atendida por poetas, y eso para mí fue algo así como el néctar para las abejas. La atención es buena y tienen un buen número de volúmenes de poesía, muchísimos libros de poetas argentinos y en especial los cordobeses, conocidos y no tanto. Allí me ofrecieron un banquito para verlos bien a los de abajo. Me senté y comencé a molestar al poeta de turno: ¿qué libro tenés de Castilla? ¿Tenés algo de Miguel Angel Bustos? ¿qué autores de Córdoba están editando? Con paciencia infinita me fue alcanzando libro tras libro y respondiendo a nuevas preguntas. Conversamos otro poquito, se fue y volvió con algunos libros de escritores desaparecidos durante la dictadura militar a los que abracé y acaricié cuando me dio la espalda para ir a la caja. Luego los abrí, leía algunas líneas impresionantes, les prometí en un susurro que los llevaría a todos pero como el bolsillo gritaba: ¡te banco uno solo! me decidí por la Obra Poética Completa (1959 - 1977) de Roberto Santoro de Ediciones RyR ($50) y un señalador de papel reciclado.
Sabía muy poco de él, sólo lo que decía la solapa, leí algo en el colectivo de regreso a casa y luego entré en una página de internet para adentrarme en su historia de vida, y su obra, tan coherente en lo que fue como persona con su pensamiento e ideología. Aquí está: http://www.elortiba.org/santoro.html hay fotos suyas, poemas, un fragmento de poema leído por él mismo en una grabación, su lucha dentro de la SADE.
El gesto poético y político de Roberto Santoro es inseparable de su oficio periodístico. Su pluma despojada atravesó la prolífica e inestable generación del ´60 con el objetivo empecinado de sacar la poesía a la calle. Entendió que forma literaria y denuncia pueden no oponerse y fundó el grupo editorial y la revista El Barrilete con la determinación de demostrarlo. A mediados de los ´70, el taller continuó y su compromiso creció con la convulsión política. Roberto Santoro cultivó el artesanato editorial y la "prepotencia del trabajo" que reclamaba Arlt al rescate de voces populares relegadas. Fue secuestrado en su lugar de trabajo el 1º de junio de 1977 y continúa desaparecido.
Santoro ponía la sangre en las cosas, esa es la verdad.
Aquí un poema suyo, incluído en el libro:
PEDRADAS CON MI PATRIA
I
en esta tierra grande
de tanto golpe grande
de tanto odio grande
de tanta basura
de tanta locura
en esta tierra grande
en esta tierra llena
de tanta entrega llena
de tanto lema llena
de tanto escarnio
de tanto daño
en esta tierra llena
en esta tierra herida
de tanta culpa herida
de tanta sombra herida
de tanta astucia
de tanta angustia
en esta tierra herida
en esta tierra sola
de tanto molde sola
de tanta sangre sola
de tanta estrofa
de tanta mofa
en esta tierra sola
en esta tierra rota
de tanto grito rota
de tanto rito rota
de tanta bota
de tanto idiota
en esta tierra rota
III
hablando con honradez
humanamente hablando
algo anda mal
tranvía de mi corazón parado en la mitad del pecho
es preciso investigar
dar en el clavo
martillo poesía
proceder con primaveras
es preciso desabrochar la mano
desnudarla en la calle
entrar derribando la puerta de los hombres
segundo piso a la izquierda
expediente número ternura
llamado urgente
arrinconar la muerte con un beso
y no despertar sospechas
un asunto muy serio se subió a mi ventana
Fue un poeta comprometido con la estética y con la idea, aún con lo difícil que se presentaba el deseo de limar las disidencias de la izquierda, Roberto Santoro no claudicó. Siguió entendiendo que las palabras eran contundentes y en junio de 1976, ante la evidencia del genocidio que ya esquilmaba oficialmente a una generación lúcida que era la suya, denunció las atrocidades en el exterior. Escribió y firmó una carta presentada ante la Confederación de Escritores Latinoamericanos con sede en México (ver anexo) en la que pedía que se divulgue la lista de detenidos, las golpizas y las amenazas a escritores y periodistas. Poco más de un año después, tres hombres de civil armados irrumpieron en la Escuela Nacional Técnica Nº 25 Fray Luis Beltrán donde Santoro trabajaba como preceptor, lo secuestraron y permanece desaparecido desde entonces.
FRAGMENTO DE LA CARTA DE DENUNCIA
La carta de denuncia, escrita por Roberto Santoro el 3 de junio de 1976 y dirigida a la Confederación de Escritores Latinoamericanos, finaliza diciendo: "Hasta aquí los datos que poseo. El presidente, no obstante, habla de la libertad y la democracia. Se liberan los precios. Hay cesantías en masa. Distribuyen una cartilla para prevenir actividades subversivas en las escuelas. El presidente dice que rechaza la prensa complaciente, la planta Ford de General Pacheco, que ocupa 4800 trabajadores, cierra por cinco semanas. EEUU acepta el plan del ministro de economía, hombre ligado a los monopolios; los obispos hablan de la paz y rezan. Borges declara que la literatura y el arte son formas de placer. (…) Lo cierto es que los compañeros siguen presos y es necesario que ustedes, a través de la Confederación de Escritores Latinoamericanos nos den una mano, la de la solidaridad, (…) y a favor de la causa popular testimonien el atropello de las burguesías sobre el proletariado.
(…)Hermanos, discúlpenme la letra, no tengo máquina donde estoy. Compréndame, compréndanos. De todas maneras somos optimistas.
Esto recién ha comenzado. El presente es de lucha, el futuro es nuestro".
Fuente: http://www.mediosydictadura.org.ar/