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28/4/11

Clarín sigue con sus concursos y aquí no pasó nada



Aquí van las condiciones para participar en el Premio Clarín de Novela, pero les cuento, ni se les ocurra opinar sobre la posibilidad de que los hijos de Herrera de Noble (muy probablemente hijos de desaparecidos secuestrados durante la dictadura y criados por la Sra. Ernestina Herrera de Noble, quien desde hace diez años junto a Magnetto, otro de los dueños de Clarín están haciendo lo imposible para que esos jóvenes nunca se hagan el ADN que demostraría que fueron apropiados luego de que sus padres fueron asesinados) digo, ni se les ocurra opinar sobre el tema de los hijos de Herrera de Noble, o deberán devolver el premio (si es que lo ganan, cuidado, pueden enterarse de lo que piensas)









La prueba de lo que te puede pasar en esta nota (la chica de la foto es probable que sea hija de desaparecidos):






Carlos Aletto
Escritor censurado por Clarín
Carlos Aletto es marplatense (Buenos Aires, Argentina). En el año 2008 obtuvo el premio "Clarín de Cuento" por su obra "Atalaya", premio que fue entregado por Marcela Noble Herrera (hija adoptiva de la dueña del Grupo Clarín). Pero debido a su postura política a favor del Gobierno nacional en el tema de las retenciones al campo, Clarín le retiró el premio. A continuación, transcribimos el texto de la presentación de su libro Antes de perder, realizada por el escritor Vicente Battista.












Aquí las bases del concurso.






ARTE GRAFICO EDITORIAL ARGENTINO S.A. empresa propietaria y editora del DIARIO CLARIN (en adelante, “CLARIN”) convoca a escritores a participar en el concurso literario de NOVELA correspondiente al año 2011 (el “Concurso”).



La participación en este Concurso literario está sujeta a las siguientes bases y a las condiciones establecidas en el contrato que oportunamente deberá firmar el ganador, y se consideran conocidas y aceptadas por los participantes por el sólo hecho de presentar la obra en el Concurso.



1. Podrán participar en este Concurso escritores vivos de cualquier nacionalidad, mayores de 18 años, que presenten obras originales e inéditas, en idioma español y de su autoría. Para aquellos interesados en participar con 17 años cumplidos, podrán hacerlo con una autorización de sus padres o tutores, debidamente certificada.




2. Quedan excluidos de este Concurso todas las personas que se desempeñen en relación de dependencia en cualquiera de las empresas que forman parte del Grupo Clarín, Grupo Alfaguara y los escritores que hayan sido ganadores de este Concurso en ediciones anteriores.



3. Cada novela debe presentarse firmada con seudónimo, entregándose en sobre aparte y debidamente cerrado en cuya cubierta se indique el seudónimo usado por el autor. En el interior del mismo deben figurar nombre y apellido, número y tipo de documento del autor como así también su domicilio y teléfono.



4. El autor de la obra elegida como ganadora del Concurso, recibirá un anticipo de $100.000.- (Pesos cien mil) a cuenta de la cesión exclusiva de los derechos de edición, publicación, comercialización, impresión y demás derechos que cede a CLARIN conforme surge del contrato que deberá firmar oportunamente. El pago de dicha suma, se encuentra sujeto a la firma del contrato respectivo.



5. El Concurso no podrá ser declarado desierto ni distribuido entre dos o más concursantes. 6. El jurado estará integrado por personalidades de reconocido prestigio del ámbito de la cultura. Una comisión lectora de preselección, establecida con el libre criterio de la organización del Concurso, evaluará el total del material recibido y seleccionará 10 obras finalistas, que enviará al jurado.



7. El jurado emitirá su voto sobre las diez novelas finalistas y su fallo será inapelable.



8. El otorgamiento y la recepción del premio establecido en este Concurso implica, sin necesidad de declaración alguna por parte del autor, el reconocimiento del derecho exclusivo a favor de CLARIN, para imprimir, distribuir, reproducir, traducir, comercializar, publicar, adaptar y difundir, sin limitación de territorio y cantidad, y por cualquier medio y formato, creado o a crearse, la obra galardonada. Por cada ejemplar vendido y cobrado de la novela premiada como ganadora, la Editorial reconocerá al autor, en concepto de cesión de derechos, el equivalente al 10 (diez) por ciento del precio de tapa, conforme lo prevea el contrato respectivo. Los derechos reconocidos y cedidos en forma exclusiva a CLARIN comprenden todas las modalidades de edición, publicación y reproducción de la novela premiada, en cualquier formato creado o a crearse e incluyen, a título meramente ejemplificativo, tapa dura, rústica, económica y de bolsillo, club, etc., así como las distintas modalidades de reproducción y difusión audiovisuales existentes en la actualidad y que puedan existir en el futuro.



Asiste igualmente a CLARIN el derecho de traducción, reproducción, difusión y venta en otros idiomas distintos del español, tanto en territorio argentino como en el extranjero. Las situaciones no especificadas expresamente en estas bases se rigen por las previsiones contenidas en el contrato tipo cuyo modelo integra las bases de este Concurso, que el concursante declara conocer y aceptar obligándose, tanto el autor como la editorial, en caso de serle otorgado el primer premio, a suscribirlo y realizar los demás actos materiales y jurídicos que sean necesarios, según la legislación vigente, para inscribir los respectivos derechos ante autoridad competente, sea ésta argentina y/o extranjera.



9. La sola participación en el Concurso otorga a CLARIN el derecho de preferencia exclusivo para publicar cualquiera de las obras presentadas que, sin haber sido premiadas, pudieran resultar de su interés, procediendo en tal caso a la firma del contrato de edición con el autor respectivo según el contrato tipo cuyo modelo integra las bases de este Concurso.




10. Los originales se recibirán entre el 20 de abril y el 30 de junio de 2011. En el caso de novelas enviadas por correo, se considerará como válida la fecha que indique el matasellos. El fallo del jurado será dado a conocer en un evento a realizarse durante el mes de octubre de 2011 en lugar a designar. Con una semana de antelación a tal evento, se informará a través de la prensa, el título y seudónimo de las obras finalistas.



11. Las novelas habrán de estar escritas en castellano y su extensión no debe ser inferior a las 150 (ciento cincuenta) páginas, en papel formato "A4" (según norma DIN-A4, es decir en páginas de 21,59 cm x 27,94 cm), claramente mecanografiadas o tipeadas a doble espacio y en una sola de sus caras. Para participar del Concurso, los escritores deberán entregar tres copias de la obra, sencillamente encuadernadas, anilladas o cosidas, junto con su versión digitalizada en un CD o DVD, en cuya etiqueta conste el título de la obra y el seudónimo del autor.



Este último requisito no se aplica a quienes presenten versiones mecanografiadas y no implica



riterio alguno de selección. La entrega de las obras debe realizarse en Av. de Mayo 1370 - Piso 7 Of. 185 - Ciudad Autónoma de Buenos Aires - CP: 1085, de lunes a viernes en el horario de 11 a 17 horas. En la cubierta de los ejemplares se hará constar que la obra es presentada a los efectos del Concurso. Contra la recepción de la obra, CLARIN entregará al participante un recibo en el que conste el número con el que ingresa al Concurso.



12. La presentación de una obra en este Concurso implica el conocimiento y la aceptación, sin limitaciones, por parte del autor, de las presentes bases y del modelo de contrato que el autor suscribirá una vez conocido el resultado. Las condiciones del mencionado contrato se publicarán en www.clarin.com y se considerarán de público conocimiento sin admisión de prueba en contrario.




13. No se realizará la devolución de los originales y el material digital presentados. Los ejemplares no premiados serán destruidos ante escribano público.14. Para cualquier diferencia que tuviera que dirimirse por vía judicial, las partes se someten a la jurisdicción ordinaria, competente en razón de la materia, de la Capital Federal, República Argentina, con renuncia expresa a cualquier fuero o jurisdicción que pudiere corresponderles.




Fuente: Revista Ñ

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5/3/11

Gabriel García Márquez - El poder de las palabras


Botella al mar para el Dios de las palabras


Intervención de Gabriel García Márquez en el Congreso de Zacatecas, abril de 1997


A mis 12 años de edad estuve a punto de ser atropellado por una bicicleta. Un señor cura que pasaba me salvó con un grito: «¡Cuidado!» El ciclista cayó a tierra. El señor cura, sin detenerse, me dijo: «¿Ya vio lo que es el poder de la palabra?» Ese día lo supe.
Ahora sabemos, además, que los Mayas lo sabían desde los tiempos de Cristo, y con tanto rigor que tenían un dios especial para las palabras.
Nunca como hoy ha sido tan grande ese poder. La humanidad entrará en el tercer milenio bajo el imperio de las palabras. No es cierto que la imagen esté desplazándolas ni que pueda extinguirlas.
Al contrario, está potenciándolas: nunca hubo en el mundo tantas palabras con tanto alcance, autoridad y albedrío como en la inmensa Babel de la vida actual.
Palabras inventadas, maltratadas o sacralizadas por la prensa, por los libros desechables, por los carteles de publicidad; habladas y cantadas por la radio, la televisión, el cine, el teléfono, los altavoces públicos; gritadas a brocha gorda en las paredes de la calle o susurradas al oído en las penumbras del amor.
No: el gran derrotado es el silencio.
Las cosas tienen ahora tantos nombres en tantas lenguas que ya no es fácil saber cómo se llaman en ninguna.
Los idiomas se dispersan sueltos de madrina, se mezclan y confunden, disparados hacia el destino ineluctable de un lenguaje global.
La lengua española tiene que prepararse para un oficio grande en ese porvenir sin fronteras.
Es un derecho histórico. No por su prepotencia económica, como otras lenguas hasta hoy, sino por su vitalidad, su dinámica creativa, su vasta experiencia cultural, su rapidez y su fuerza de expansión, en un ámbito propio de 19 millones de kilómetros cuadrados y 400 millones de hablantes al terminar este siglo.
Con razón un maestro de letras hispánicas en Estados Unidos ha dicho que sus horas de clase se le van en servir de intérprete entre latinoamericanos de distintos países.
Llama la atención que el verbo pasar tenga 54 significados, mientras en la República de Ecuador tienen 105 nombres para el órgano sexual masculino, y en cambio la palabra condoliente, que se explica por sí sola, y que tanta falta nos hace, aún no se ha inventado.
A un joven periodista francés lo deslumbran los hallazgos poéticos que encuentra a cada paso en nuestra vida doméstica.
Que un niño desvelado por el balido intermitente y triste de un cordero dijo: «Parece un faro».
Que una vivandera de la Guajira colombiana rechazó un cocimiento de toronjil porque le supo a Viernes Santo.
Que don Sebastián de Covarrubias, en su diccionario memorable, nos dejó escrito de su puño y letra que el amarillo es «la color» de los enamorados. ¿Cuántas veces no hemos probado nosotros mismos un café que sabe a ventana, un pan que sabe a rincón, una cerveza que sabe a beso?Son pruebas al canto de la inteligencia de una lengua que desde hace tiempo no cabe en su pellejo. Pero nuestra contribución no debería ser la de meterla en cintura, sino al contrario, liberarla de sus fierros normativos para que entre en el siglo venturo como Pedro por su casa.
En ese sentido me atrevería a sugerir ante esta sabia audiencia que simplifiquemos la gramática antes de que la gramática termine por simplificarnos a nosotros.
Humanicemos sus leyes, aprendamos de las lenguas indígenas a las que tanto debemos lo mucho que tienen todavía para enseñarnos y enriquecernos, asimilemos pronto y bien los neologismos técnicos y científicos antes de que se nos infiltren sin digerir, negociemos de buen corazón con los gerundios bárbaros, los qués endémicos, el dequeísmo parasitario, y devolvamos al subjuntivo presente el esplendor de sus esdrújulas: váyamos en vez de vayamos, cántemos en vez de cantemos, o el armonioso muéramos en vez del siniestro muramos.
Jubilemos la ortografía, terror del ser humano desde la cuna: enterremos las haches rupestres, firmemos un tratado de límites entre la ge y jota, y pongamos más uso de razón en los acentos escritos, que al fin y al cabo nadie ha de leer lagrima donde diga lágrima ni confundirá revólver con revolver.
¿Y qué de nuestra be de burro y nuestra ve de vaca, que los abuelos españoles nos trajeron como si fueran dos y siempre sobra una?
Son preguntas al azar, por supuesto, como botellas arrojadas a la mar con la esperanza de que le lleguen al dios de las palabras.
A no ser que por estas osadías y desatinos, tanto él como todos nosotros terminemos por lamentar, con razón y derecho, que no me hubiera atropellado a tiempo aquella bicicleta providencial de mis 12 años.


( Colombia, 1928 )

Premio Nobel de Literatura 1982


Entrevistador:

Has dicho que escribir es un placer, también has dicho que escribir es un sufrimiento, ¿en qué quedamos?

Gabo: Las dos cosas son ciertas.

Cuando estaba comenzando, cuando estaba descubriendo el oficio, era un acto alborozado, casi irresponsable.

En aquella época, recuerdo, después que terminaba mi trabajo, las dos o tres de la madrugada, era capaz de escribir cuatro, cinco hasta diez páginas de un libro.

Alguna vez, de una sola sentada, escribí un cuento.

Ahora me considero un afortunado si puedo escribir un buen párrafo en una jornada.

Con el tiempo, el acto de escribir se ha vuelto un sufrimiento.

Ahora voy corrigiendo línea por línea a medida que escribo, de suerte que al terminar la jornada, tengo una hoja impecable.


Fuente: O homem do boné cinzento e outras histórias de Murilo Rubiao, Sao Paulo




9/5/10

Derecho de autor, miedos, fobias, orgullos.


En la obra "El retrato de Dorian Gray", Capítulo I, encontré la introducción a lo que quiero expresar hoy y que llevo pensando largo tiempo...
En el centro de la pieza, sobre un caballete recto, descansaba el retrato de cuerpo entero de un joven de extraordinaria belleza; y, delante, a cierta distancia, estaba sentado el artista en persona, el Basil Hallward cuya repentina desaparición, hace algunos años, tanto conmoviera a la sociedad y diera origen a tan extrañas suposiciones.
Al contemplar la figura apuesta y elegante que con tanta habilidad había reflejado gracias a su arte, una sonrisa de satisfacción, que quizá hubiera podido prolongarse, iluminó su rostro. Pero el artista se incorporó bruscamente y, cerrando los ojos, se cubrió los párpados con los dedos, como si tratara de aprisionar en su cerebro algún extraño sueño del que temiese despertar.
-Es tu mejor obra, Basil -dijo lord Henry con entonación lánguida-, lo mejor que has hecho. No dejes de mandarla el año que viene a la galería Grosvenor. La Academia es demasiado grande y demasiado vulgar. Cada vez que voy allí, o hay tanta gente que no puedo ver los cuadros, lo que es horrible, o hay tantos cuadros que no puedo ver a la gente, lo que todavía es peor. La galería Grosvenor es el sitio indicado.
-No creo que lo mande a ningún sitio -respondió el artista, echando la cabeza hacia atrás de la curiosa manera que siempre hacía reír a sus amigos de Oxford-. No; no mandaré el retrato a ningún sitio.
Lord Henry alzó las cejas y lo miró con asombro a través de las delgadas volutas de humo que, al salir de su cigarrillo con mezcla de opio, se retorcían adoptando extrañas formas.
-¿No lo vas a enviar a ningún sitio? ¿Por qué, mi querido amigo? ¿Qué razón podrías aducir? ¿Por qué sois unas gentes tan raras los pintores? Hacéis cualquier cosa para ganaros una reputación, pero, tan pronto como la tenéis, se diría que os sobra. Es una tontería, porque en el mundo sólo hay algo peor que ser la persona de la que se habla y es ser alguien de quien no se habla. Un retrato como ése te colocaría muy por encima de todos los pintores ingleses jóvenes y despertaría los celos de los viejos, si es que los viejos son aún susceptibles de emociones.
-Sé que te vas a reír de mí -replicó Hallward-, pero no me es posible exponer ese retrato. He puesto en él demasiado de mí mismo.

...Toda vez que pongo demasiado de mí misma en algo, siento que me pertenece, que refleja mucho de lo que oculto, lo inconciente, lo incorrecto, lo desmentido, lo no reconocido, por una parte.
Por otra parte existe ese temor a perder lo propio, lo que costó tanto, lo valioso, esa palabra seguida de otra que considero única, esa frase que es como un maravilloso engarce, calidoscopio de ideas y sentimientos que brilla en forma particular.
Estoy pensando en guardar esto en borrador, me pertenece, es mío. Decido sin embargo compartirlo, desoir temores, desviar miedos, poblar planicies abandonadas y silentes.
De todos modos, la ley protege a los autores de cualquier tipo de obra intelectual, industrial, etc.
La mejor forma es publicar inmediatamente, desconozco los derechos sobre publicación virtual, en realidad existe un debate sobre el tema. Si no has publicado, es bueno registrar lo escrito pagando un canon y se renueva cada dos años.
Los sitios de información son de fácil acceso, es bueno conocer los derechos para protegerse, pues los miedos tienen raíces en nuestra lógica además de tenerlas en el inconciente colectivo...
A continuación dejo algunos links, para despejar nieblas, sombras y dudas:




Para leer El retrato de Dorian Gray



1/4/10

Decálogo del escritor



Decálogo del escritor Augusto Monterroso

Primero.

Cuando tengas algo que decir, dilo; cuando no, también. Escribe siempre.


Segundo.

No escribas nunca para tus contemporáneos, ni mucho menos, como hacen tantos, para tus antepasados. Hazlo para la posteridad, en la cual sin duda serás famoso, pues es bien sabido que la posteridad siempre hace justicia.


Tercero.

En ninguna circunstancia olvides el célebre díctum: "En literatura no hay nada escrito".

Cuarto.

Lo que puedas decir con cien palabras dilo con cien palabras; lo que con una, con una. No emplees nunca el término medio; así, jamás escribas nada con cincuenta palabras.

Quinto.

Aunque no lo parezca, escribir es un arte; ser escritor es ser un artista, como el artista del trapecio, o el luchador por antonomasia, que es el que lucha con el lenguaje; para esta lucha ejercítate de día y de noche.


Sexto.

Aprovecha todas las desventajas, como el insomnio, la prisión, o la pobreza; el primero hizo a Baudelaire, la segunda a Pellico y la tercera a todos tus amigos escritores; evita pues, dormir como Homero, la vida tranquila de un Byron, o ganar tanto como Bloy.


Séptimo.

No persigas el éxito. El éxito acabó con Cervantes, tan buen novelista hasta el Quijote. Aunque el éxito es siempre inevitable, procúrate un buen fracaso de vez en cuando para que tus amigos se entristezcan.


Octavo.

Fórmate un público inteligente, que se consigue más entre los ricos y los poderosos. De esta manera no te faltarán ni la comprensión ni el estímulo, que emana de estas dos únicas fuentes.

Noveno.

Cree en ti, pero no tanto; duda de ti, pero no tanto. Cuando sientas duda, cree; cuando creas, duda. En esto estriba la única verdadera sabiduría que puede acompañar a un escritor.

Décimo.

Trata de decir las cosas de manera que el lector sienta siempre que en el fondo es tanto o más inteligente que tú. De vez en cuando procura que efectivamente lo sea; pero para lograr eso tendrás que ser más inteligente que él.


Undécimo.

No olvides los sentimientos de los lectores. Por lo general es lo mejor que tienen; no como tú, que careces de ellos, pues de otro modo no intentarías meterte en este oficio.


Duodécimo.

Otra vez el lector. Entre mejor escribas más lectores tendrás; mientras les des obras cada vez más refinadas, un número cada vez mayor apetecerá tus creaciones; si escribes cosas para el montón nunca serás popular y nadie tratará de tocarte el saco en la calle, ni te señalará con el dedo en el supermercado.


El autor da la opción al escritor de descartar dos de estos enunciados, y quedarse con los restantes diez.


31/12/08

Elarte de escribir - Harold Pinter


"No hago un resúmen de las obras antes de empezar a escribirlas. No sé qué clase de personajes tendrán mis obras hasta que...bien, hasta que no son. Hasta que no me indican qué es lo que son. No conceptualizo de ninguna manera. Una vez que tengo las claves, las sigo...ése es mi verdadero trabajo, en realidad, seguir las claves".


"Escribo en un estado muy intenso de excitación y frustración. Sigo lo que veo en el papel ante mí...una oración tras otra.


Eso no indica que no tenga una vaga idea general, posible...la imagen inicial no engendra solamente lo que ocurre inmediatamente, sino que engendra la posibilidad de un acontecimiento general, que es lo que me hace avanzar.


Tengo una idea de lo que podría ocurrir...a veces estoy absolutamente en lo cierto, pero en muchas ocasiones se me ha demostrado estar equivocado por lo que ocurre realmente. A veces sigo adelante y me descubro escribiendo "Entra C", cuando en realidad no sabía que él iba a entrar: tenía que entrar en ese punto, eso es todo".


Harold Pinter en Confesiones de Escritores.

Reportajes The Paris Review.


Mi sueño era en breve ir a Inglaterra y conocerlo...Siempre pienso que la gente que está enferma y muere en diciembre hace un enorme esfuerzo por terminar prolijamente el año. Los textos de Pinter reflejan prolijamente la desprolijidad de los vínculos humanos. Prolijo y prolífico, toda la paz para un gran maestro de la dramaturgia, del teatro y del guión de cine.Uno de mis maestros

(Les adjunto un trabajo ensayístico que publiqué hace unos años en un libro del Rojas) . Les recomiendo leer las obras de H. Pinter, el maestro de la intriga, del falso final y de la triangularidad.


Cecilia Propato


Gracias Ana por acercarme las palabras de Cecilia!!!