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15/5/14

Cómo escribir algo que alguien recuerde un día

¿CÓMO SE ESCRIBE UN GRAN COMIENZO?

Por Federico Córdoba
Fundación TEM

“Parece que en un prólogo lo más difícil es la primera frase. Bien: ya la he dejado atrás”, escribió Guillermo Piro en el texto que antecede a la edición argentina de Las aventuras de Pinocho, de Carlo Collodi. Esa noción de dificultad que asoma en la primera frase de un prólogo, o de cualquier texto, aparecerá durante toda la historia de la literatura. Pero, ¿cómo se escriben las primeras líneas? ¿Cómo se construye un gran comienzo? Hace unas semanas, impulsado por la cuenta del escritor colombiano Ricardo Silva Romero (Autogol, Tic) en la red social Twitter (@RSilvaRomero) -donde instó a sus seguidores a twittear grandes comienzos de la literatura universal- pensamos desde la Fundación Tomás Eloy Martínez hacerle unas preguntas al autor de En orden de estatura sobre qué significa un comienzo y si existe una fórmula para construirlos. Además, convocamos a cuatro escritores argentinos para que seleccionen su inicio predilecto y nos cuenten el por qué de esa elección.

“Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía”, inauguró Nabokov su celebérrima novela allá por 1955. Silva Romero -que catalogó el origen de Lolita como un gran comienzo, pero que a la hora de elegir el suyo optó por el inicio de La metamorfosis, de Franz Kafka-, sugiere que el puntapié de la obra “tiene que ser un verso, una verdad. Tiene que ser como un puño que se va abriendo: un hecho del que parten todos los hechos como el punto Usted está aquí en los mapas”. Una verdad palpable. Un certificado de autenticidad. En ese registro podría situarse el comienzo de El extranjero, de Albert Camus: “Hoy murió mamá”. O, también, el de El Túnel, de Ernesto Sabato: “Bastará decir que soy Juan Pablo Castel, el hombre que mató a María Iribarne”. Sin embargo, para el escritor colombiano, la única diferencia entre un buen comienzo y un gran comienzo es que además de compartir el tono, el contenido y las reglas del relato, un gran comienzo es un verso identificable: “Yo tenía 12 años la primera vez que anduve sobre el agua”, de Mr. Vértigo de Paul Auster.

¿Hay una fórmula para concebir la primera frase de un libro? El escritor colombiano asegura que “más que una fórmula, es un instinto: una reacción, como los gestos de superviviencia o la tendencia a enamorarse que todos llevamos adentro. Quien quiera dar con un buen comienzo tiene que hacerle caso a su instinto”. Y finaliza: “Los comienzos torpes suceden cuando el escritor se sienta a escribir y a ser inteligente; los buenos, cuando el narrador tiene la necesidad, el afán, la urgencia, de decir lo que ha visto, lo que ha sentido, lo que ha aprendido”.
Cuatro escritores argentinos eligen su comienzo favorito y nos cuentan el por qué.
Ángela Pradelli – A la deriva, de Horacia Quiroga.
“El hombre pisó algo blancuzco, y en seguida sintió la mordedura en el pie. Saltó adelante, y al volverse con un juramento vio una yaracacusú que, arrollada sobre sí misma, esperaba otro ataque.
El hombre echó una veloz ojeada a su pie, donde dos gotitas de sangre engrosaban dificultosamente, y sacó el machete de la cintura. La víbora vio la amenaza, y hundió más la cabeza en el centro mismo de su espiral; pero el machete cayó de lomo, dislocándole las vértebras.
El hombre se bajó hasta la mordedura, quitó las gotitas de sangre, y durante un instante contempló. Un dolor agudo nacía de los dos puntitos violetas, y comenzaba a invadir todo el pie. Apresuradamente se ligó el tobillo con su pañuelo y siguió por la picada hacia su rancho”.


Dice Pradelli:
Todo el cuento está en los primeros renglones. La experiencia y el modo en que la vida, en un segundo, cambia y entonces, a partir de ese momento, el mundo es otro.
A veces pienso que para construir un relato hay que hacer caminar a los personajes por una cornisa, que se paren en la visagra que va de la vida a la muerte, o viceversa. Este cuento de Quiroga, que es realismo puro, puede sin embargo ser también una metáfora de esa poiesis.

Matilde Sánchez - El Bautismo, de César Aira.
“De pronto, en medio de la noche de invierno más oscura y borrascosa que pudiera imaginarse, con un viento que ademàs de traer fríos lamentables y sacudir el aire en todos los sentidos aullaba de un modofrancamente incomprensible, entre nubes que pasaban rozando la superficie estremecida de la pampa, un animalito subterráneo levantó vuelo involuntaramente arrastrado por las ráfagas”.
Dice Sánchez:
Así comienza El bautismo y así sigue durante una página y media sin punto aparte y ya estamos allí, de la mano (pata, garra o pluma) de ese animalito narrador cuya morfología y especie no reconoceremos pero que es de mal agüero y anuncia lo excepcional y ominoso de esa noche en la que nacerá el niño peronista…. Y será al ñudo que lo bauticen.
Se cumplen 20 años de la publicaciòn de esta novelita nunca reeditada pero que me sigue pareciendo el non plus ultra de César Aira.
Claudia Piñeiro – Las gomas, de Alain Robbe Grillet
“1. En la penumbra de la sala de café; el dueño dispone las mesas y las sillas, los ceniceros, los sifones; son las seis de la mañana.
No tiene necesidad de distinguir bien las cosas, ni siquiera sabe lo que hace. Todavía está dormido. Leyes muy antiguas regulan los pormenores de sus gestos, que por una vez escapan al fluctuar de las intenciones humanas; cada segundo marca un puro movimiento: un paso hacia un lado, la silla a treinta centímetros, tres sacudidas con el trapo; media vuelta a la derecha, dos pasos hacia adelante; cada segundo lleva el compás, perfecto, igual, sin grumos. Treinta y uno. Treinta y dos. Treinta y tres. Treinta y cuatro. Treinta y cinco. Treinta y seis. Treinta y siete. Cada segundo tiene su sitio exacto.
Desgraciadamente, el tiempo pronto dejará de mandar. Envueltos en su cerco de error y de duda, los acontecimientos de este día, por pequeños que puedan ser, van a empezar su trabajo dentro de breves momentos, minando progresivamente el orden ideal e introduciendo solapadamente, aquí y allá, una inversión, un desequilibrio, una confusión, un recodo, para llevar a cabo lentamente su obra: un día de principios de invierno, sin plan ni dirección, incomprensible y monstruoso.”
Dice Piñeiro:
Elegí el inicio de Las gomas de Alain Robbe Grillet. No puedo decir que es el que más me gusta de la literatura porque quizás me preguntan más adelante y elijo otro. Son varios. Pero creo que es un comienzo del que se puede aprender mucho: con gran economía de recurso, con una prosa despojada e impecable, genera un gran suspenso. No muchos lo logran: generar suspenso con gran destreza narrativa, lingüistica y de estilo en un intento constante por hacer literatura experimental.
Omar Genovese – La causa justa, de Osvaldo Lamborghini
“En la biblioteca inembargable de un linotipista erudito, no tan viejo pero sí al borde de la muerte (un nombre con varias pronunciaciones –Luis Antonio Sullo–, infatigable en su lucha para que los libros dijeran lo que alguna vez susurraron: no leía jamás, pero sus subrayados eran perfectos. Lo que alguna vez quisieron decir, y lo dijeron, mucho mejor que sus rayas debajo de las letras, lo que querrán decir alguna vez –no se los ve muy apurados– aquí, aquí el presente) al borde de su última herejía, porque así mueren los histéricos, antes llamados posesos, de cáncer a los 56 años: Buenos Aires, aquí el presente. Podremos entonces tirar a la basura toda esa basura, esa trama de rayas en los libros que fingías enseñarnos, esa manera tan “suya” de subrayar y no leer que te envidiamos (siempre) / aprovechamos el rato que le falta para insultarlo. La oportunidad se ha presentado y no habrá otra. Está en su cama, fresco como una rosa: por fin la enfermedad, gracias a los muchos cuidados, terminó por florecer (Buenos Aires, seguro, ¿pero aquí el presente?). El cuerpo de Sullo tendido en la cama, la cabeza casi blanca: –pero el presente como un regalo: –¿Aquí el presente?– solía preguntar en asamblea (siempre extraordinaria), pero para agregar en seguida, señalando el índice en varias direcciones. (…)”

Dice Genovese:

La palabra no es un molde ni la esencia de algún objeto inaprensible, tampoco la anécdota de cuándo, en qué momento, la piedra cayó en el estanque memorioso y arrasó toda quietud junto a la norma vigente. Cuál fue el comienzo de texto que cambió la cosmogonía del íntimo lector, ése que uno cree ser y ya no es, fuera de sí, en la reverberación del acto de escribir su propio incordio. El párrafo valioso, astro que invirtió la gravedad: detuvo el tiempo. Cada tanto pienso en los universales: Moby Dick traducido por Pezzoni, o Historia de dos ciudades de Dickens. Y en la arquitectura modesta castellana, entre los yuyos atolondrados del vacío territorial argentino, ¿qué substancia rompió la fórmula mágica del oficialismo textual? ¿Quién renegó de toda maestría para vaciar la conjetura infinita de leer-se y ser-leído?

A mi generación le tocó un país viudo. Y si el novelista espantó a Roberto Bolaño, no todo está perdido. Siempre, siempre, se vuelve a comenzar. O la realidad de la palabra, su desajuste, nunca termina, no tiene paz. Paradojas de un continuo, por encima del destino individual; miseria, escarnio, olvido, desazón biográfica, incredulidad, asombro. Si la enseñanza es una institución, en su resaltado objeto de recomendaciones, con la corrección guiada sin sobresaltos, ¿qué armas recargaron el futuro de la lectura abandonada? ¿Cuál la nueva matriz curiosa? Un lector acrecienta la sed por influencia del fragmento que, a la vez, conjetura el posible abismo del propio pensar, incentivado hasta el sueño o pesadilla.
La virtud del siguiente comienzo, tal vez en la idea supra teórica que lo rige, anidan tesoros de una bondad excesiva: el corte (esa herida expuesta al comenzar) hace posible la totalidad de un imaginario universal. Poema, prosa, crítica, ensayo, biografía, panfleto, anécdota y oralidad sin fin. No es, sin embargo, mezcla del azar. Hay respiración, renuncia a la condición propia, a toda geometría que ofrezca noción de certeza, y sumisión. El gran tajo orillero (ya sin referencia o brújula: renegando de la paternidad en discípulos o adláteres, sin baraja para levantar apuesta por linaje…) de Osvaldo Lamborghini, sangre fluyendo por la letra con su metrónomo impúdico. Una geografía lenguaraz del descarne. Deberán, los que quedan rumiando lo escrito con pulsión expresiva, saber, hacerse cargo de tal riesgo.



10/4/13

Carlos Drummond de Andrade


Carlos Drummond de Andrade, (!902-1987) Farmacéutico (no ejerció), poeta, político, uno de los más importantes poetas Modernistas Brasileros, no aceptó una premio nacional para no tener que recibirlo de manos de los militares de su país! 

El poeta llega a la estación.
El poeta desciende.
El poeta toma un auto.
El poeta va para el hotel.
Y mientras hace eso
como cualquier hombre de la tierra,
una ovación lo persigue
hecha algarabía.
Banderolas
que despliegan sus alas.
Bandas de música. Cohetes.
Discursos. Gente con sombreros de paja.
Cámaras fotográficas disparadas.
Automóviles inmóviles.
Bravos...
El poeta está melancólico.
En un árbol del paseo público
(gestión de la actual administración)
árbol grueso, prisionero
de anuncios en colores,
árbol banal, árbol que nadie ve,
canta una cigarra.
Canta una cigarra que nadie oye
un himno que nadie aplaude.
Canta, bajo un sol terrible.
El poeta entra en el elevador
el poeta sube
el poeta se encierra en su cuarto. 



14/1/13

Encuentro de poetas nativos de América

En un reciente encuentro, poetas indígenas de América Latina se reunieron en la Universidad Autónoma Latinoamericana de México.
Quechuas de Colombia, mazaremos, mixtecos, tsotsiles y zoques de México; shuars y kichwas de Ecuador compartieron sus experiencias poéticas.

Humberto Ak'abal, de la etnia maya quiché de Guatemala, uno de los poetas indígenas más destacados de Latinoamérica,  hermana en sí mismo la conciencia indígena (sus idiomas, su grandeza, su espiritualidad, su música, su canto) y la conciencia de los nuevos países que desde hace quinientos años en unas partes se llaman Chile, Bolivia o Perú y en otras Guatemala o México." Carlos Montemayor "Quedo, de la poesía de Ak'abal, seriamente impresionado por su esencial sencillez, por la elementalidad sagrada en que palpitan las palabras que revelan los hechos, las cosas, los seres directamente naturales..." Antonio Gamoneda "Humberto Ak'abal canta como los pájaros, habla maya-k'iche' y piensa como desearíamos que pensara la mayoría de los hombres." Miguel Rojas Mix


Fuente: http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2013/01/130107_video_poesia_indigena_mexico_pea.shtml

6/4/12

Edgar Allan Poe


Lo que el mundo llama genio es el estado de enfermedad mental que nace del predominio indebido de algunas de las facultades. Las obras de tales genios no son sanas en sí mismas, y reflejan siempre la demencia mental general
Edgar Allan Poe, el padre del cuento policial, un obsesionado, un atormentado

25/4/11

Festival internacional de poesía - Argentina



Feria del Libro
Sexto Festival Internacional de Poesía




Del 29 de abril y hasta el 30 de mayo inclusive, se desarrollará la sexta edición del Festival Internacional de Poesía, dentro del marco de la 37 Feria del Libro de Buenos Aires. A continuación, el programa completo de actividades.






Programa de Actividades
Viernes 29 de abril
19:00
Apertura del Festival
Palabras de Graciela Aráoz
Participan: Milo de Angelis (italiano) y Luisa Futoransky (argentina, residente en Francia)




20:00
Recital de poesía. Participan: Dolores Etchecopar, Omar Lara (chileno) y Marcelo Marcolín
Coord.: Poly Balestrini
21:45 - 22:20




Recital de poesía. Participan: Sabela de Tezanos (uruguaya) y Juan Manuel Rodríguez Tobal (español)
Coord.: Juan Pablo Bertazza




Sábado 30 de abril
19:00
Recital de poesía. Participan: Liliana Díaz Mindurry, Javier Naranjo (colombiano), Leonor Mauvecin, Luis Benítez, Jorge Rivelli y Nelson Simón (cubano)
Coord.: Gisela Galimi




20:20
Espectáculo: Fernando Noy y su tránsito poético: Evocación de sus amigas, cinco conmovedoras voces de la poesía contemporánea. Puesta en escena Gastón Ezcurra




21:10
Recital de poesía. Participan: Marcelo Ahumada, Louis Philippe Hébert (canadiense), Chus Pato (española), Marta Miranda y María del Rosario Sola.
Coord.: Laura López




Domingo 1° de Mayo
18:00
Recital de poesía. Participan: Soledad Castresana, Graciela Cros, Ahmet Kot (turco), Alberto Luis Ponzo y María Pugliese
Coord.: Aldana Gaggero




19:15
Recital de poesía. Participan: Alejandro Schmidt, Claudia Masin, Alex Pausides (cubano) y Rodolfo Raschella
Coord.: Gisela Galimi




20:30
Cierre del Festival
A cargo de Wol San (coreano), presenta Graciela Aráoz
Lunes 2 de mayo (actividades fuera de la Feria)




13:00. Café El Banderín: Guardia Vieja 3601, CABA
Participan: Louis-Philippe Hébert (canadiense), Alejandro Schmidt, Marta Miranda, Javier Naranjo (colombiano) y Claudia Masin
Coord.: Laura López




16:00. Museo Isaac Fernández Blanco. Suipacha 1422, CABA
Participan: Milo de Angelis (italiano), Liliana Díaz Mindurry, Chus Pato (español) y Leonor Mauvecin
Coord.: Poly Balestrini




20:00. La Poesía: Chile 502, CABA
Participan: Graciela Cros, Jorge Rivelli, Juan Manuel Rodríguez Tobal (español) y Wol San (coreano)
Coord.: Juan Pablo Bertazza
Martes 3 de mayo (actividades fuera de la Feria)




12:00. Museo Enrique Larreta. Av. Juramento 2291, CABA
Participan: Roberto Raschella, Dolores Etchecopar, Marcelo Ahumada, Alberto Luis Ponzo, Omar Lara (chileno) y Sabela de Tezanos (uruguaya)
Coord.: Leonardo Martínez




12:00. Clásica y Moderna: Av. Callao 892, CABA
Participan: Alex Pausides (cubano), Soledad Castresana, María del Rosario Sola y Ahmet Kot (turco)
Coord.: Gisela Galimi




16:00. Confitería del Hotel Cautelar: Av. de Mayo 1048, CABA
Participan: Alejandro Archain, María Pugliese, Marcelo Marcolín y Wol San (coreano)
Coord.: Poly Balestrini




19:00. Obelisco: Av. Corrientes y 9 de Julio, CABA
Cierre del Festival:
Performance y "Poetas con megáfono"
Presentan: Graciela Aráoz y Víctor Redondo






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Fuente de la información: Diario Registrado






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14/3/11

Como escribir una novela que se transforme en la máquina del tiempo


¿Por qué aspiramos a escribir novela y ser escritores? Creo que por nuestra desmesurada ambición a resistirnos al paso del tiempo. Anhelamos no morir cuando decidimos escribir una novela. Luego lo demás. Ahora bien, para novelar debemos tener en cuenta que en su momento escribir fue un oficio. La escritura se utilizaba para registrar apuntes de ventas, transacciones, actas notariales, crónicas de conquistas que presentarles a un rey. Un oficio sin trascendencia aparente. ¿Qué pasó? ¿Qué convirtió el oficio en mito? ¿Cómo o por qué se convirtió el escriba en escritor? ¿El escritor en novelista? ¿Por qué el oficio pasó a ser arte? Esa cualidad de permanencia en el tiempo, útil en el comercio, en el manejo de un imperio, que ofrece el registro escrito, sedujo también a la hora de transmitir historias, leyendas, ideas, sentimientos. Y el hombre usó esta propiedad para jugarle al tiempo su carta: la escritura perdura más allá de la vida. Así, el escritor convirtió la escritura en una máquina del tiempo, en novela; no solo porque resiste el paso de los años o los siglos futuros, también porque nos lleva a otros lugares. Un mágico artilugio para trasladarnos en el espacio, en el tiempo, y para convertirnos en inmortales. Si la escritura era un oficio como el de carpintero, como el de labrador, es ahora también un arte, una máquina para soñar, para viajar. Aspiramos por medio de la escritura a ser míticos, inmortales. Vivos después de muertos. A ir más allá por doble vía.


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Fuente: http://www.prosofagos.com/viewtopic.php?f=26&t=2830