La experiencia
Consiste
en intentar que el pájaro regrese
desde el extremo opuesto de la noche
y pose su cansancio
sobre tu abierto pecho adolescente.
Lo tomas en tus manos,
lo acaricias,
extraes de sus alas todo el viento
y mientras él se entrega a lo innombrable
tú te dejas volar.
Es fácil la experiencia.
Lo difícil
es dar con el momento
que te permita asesinar al pájaro
sin morir a su lado de tristeza.
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Sólo una muerte.
Sólo una vida
Sólo una muerte para tanta vida.
Sólo una noche sosegada y larga
para abarcar los días con su carga
de ansiedad y memoria sostenida.
Nos bastará una sola muerte erguida
sobre la luz que envuelve y aletarga.
Sólo una muerte aséptica y amarga
para esta fiebre que cabalga henchida,
para esta libertad irrefrenable,
para esta guerra a que la sangre llama,
para este ardido viaje de la suerte,
para este grito tenso, inabarcable,
para este hambre que devora y clama...
Sólo una vida para tanta muerte.
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Sólo una muerte para tanta vida.
Sólo una noche sosegada y larga
para abarcar los días con su carga
de ansiedad y memoria sostenida.
Nos bastará una sola muerte erguida
sobre la luz que envuelve y aletarga.
Sólo una muerte aséptica y amarga
para esta fiebre que cabalga henchida,
para esta libertad irrefrenable,
para esta guerra a que la sangre llama,
para este ardido viaje de la suerte,
para este grito tenso, inabarcable,
para este hambre que devora y clama...
Sólo una vida para tanta muerte.
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El hornero
Aspiras el barro dulce
que se acumula
lento:
el viaje de los
días y la muerte.
Sobre el árbol
tu figura de fauno y dios del aire;
tu figura de fauno y dios del aire;
pontifical
artífice
que modelas la tierra a tu imagen
que modelas la tierra a tu imagen
y le infundes el
viento
de tu vuelo.
No sabes —feliz— de los pasos
No sabes —feliz— de los pasos
del que anda.
Ni conoces la angustia
Ni conoces la angustia
de edificar la
casa en las raíces.
Pero tu pura
ciencia desconoce
la alegría
de los nidos sin techo:
de los nidos sin techo:
desnudos en el
cielo;
poseídos del aire.
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Quebrada de los cuervos
Rincón de la ermitaña
comitiva
que viene de los siglos del desierto.
Relicario de nidos
y de cantos sujetos al crespón de las cuchillas.
que viene de los siglos del desierto.
Relicario de nidos
y de cantos sujetos al crespón de las cuchillas.
Eres refugio de la
primavera.
Y filigrana de la luz y los helechos
Y filigrana de la luz y los helechos
que todo lo
acarician.
Tienes en ti la extraña condecoración
Tienes en ti la extraña condecoración
de muchos pájaros
que vuelan más
allá de tu monte
y tu agua,
hacia el horizonte de las cumbres verdaderas.
hacia el horizonte de las cumbres verdaderas.
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Oración
Sentir
que el vuelo encuentra su sentido
dejando lejos la inquietud que ha abierto
tanto indagar la noche en el incierto
ir y venir del corazón dolido.
Dejar que el alma se remanse. Henchido
abrir el pecho hacia el seguro puerto.
Y sembrarme a la sombra de ese huerto
que para mí tan solo ha florecido.
Tocar a Dios. Sentirme de Él tocado.
Y comprender entonces boquiabierto
el por qué y para qué de mi latido.
Y descubrir que el vuelo se ha trocado
en un vuelo más alto. Y que el desierto
era el solo refugio apetecido.
dejando lejos la inquietud que ha abierto
tanto indagar la noche en el incierto
ir y venir del corazón dolido.
Dejar que el alma se remanse. Henchido
abrir el pecho hacia el seguro puerto.
Y sembrarme a la sombra de ese huerto
que para mí tan solo ha florecido.
Tocar a Dios. Sentirme de Él tocado.
Y comprender entonces boquiabierto
el por qué y para qué de mi latido.
Y descubrir que el vuelo se ha trocado
en un vuelo más alto. Y que el desierto
era el solo refugio apetecido.
El padre Osvaldo Pol falleció en septiembre de 2016.
Pol había nacido en Tancacha, Córdoba, en 1935. Fue alumno del
colegio Jerónimo Luis de Cabrera y luego entró en la Compañía de Jesús donde,
en el marco de su formación religiosa y académica se licenció
en Filosofía.
Ejerció la docencia y, sobre todo, su pasión por la
poesía que sembró en más de 12 libros de poemas. Su trabajo literario le
mereció reconocimientos en el país y en el exterior, y sus colaboraciones fueron
publicadas en diarios y revistas especializadas.
Sus primeros cuatro libros de poemas los publicó en la
editorial Cármina: Después de las
murallas (1966); Vibraciones (1970); Los bordes de la herida(1978) y Sustancia
y accidentes (1983). Luego publicó De destierros y moradas (1981); Homenaje (1981, reeditado en Córdoba en 1997); Situación y Criba, antología y nuevos poemas (1990); Poesie, Centro Internazionale della
Grafica. Venezia, 1993; etc.
Figura en la antología que seleccionó Raúl Gustavo
Aguirre, en Fausto, 1979; en la de Lidia Vinciguerra, Vinciguerra, 1996;
en la de la BAC, Madrid, 1996: Hombre
y Dios, cien años de poesía hispanoamericana y otras.
Se han ocupado de su obra muchos críticos y, en 1997,
Ediciones El Copista publicó La poesía
de Osvaldo Pol, ensayo sobre su obra, escrito por Lila
Perrén de Velasco.
En su actividad como conferencista, se ocupó de la
obra de Jorge Luis Borges en varias universidades del país y del extranjero,
entre ellas, de Colombia y de Italia.
Quiero compartir con Ud. Que yo fui compañera de escuela del padre Por. El no nació en Córdoba. Nació en tancacha y estudio sus primeros años del primario en la escuela Gral José María Paz de Tancacha
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