Todos los ríos son provisorios
Este viento es ceniza que viene. Una íntima ladera ahora se deshace en la crin de nuestras narices.Huele un alambre rojizo cortando la yema reseca de los overos. Huele el sinuoso naranja amarillo y la escara marrón del desierto que queda.Un ojo que saliva: pájaros confundidos que refrendan la distancia.La estación es tierra que atiza el ahogo: agosto llegó hasta octubre y las flores no alcanzaron a soltar agua.Vienen asperezas y hambre. La mitad de las niñas de aquí se llagan la ternura. Una inversión: un campo a diario verdísimo, saunas reservados, golf, copas bruñidas.Muge una tormenta que no tiene piel, ni mesura, ni tiempo: la deseamos. Como una emoción en ramas hacia abajo.La deseamos: todo sería soto en la tormenta. Dentro del silencio anterior a la lluvia se asentarían hendijas de rumor, el ensemés del rayo, la gota opaca, una sonrisa que mana, una herida con edad.Todos los ríos son provisorios.Las estrías de una lengua nocturna: el desigual sentido de la flor.La tormenta que deseamos no alcanzaría.Valles de cielo, nuca de estampida y remanso.Este viento no para de venir.Una espiga de piedra nos repercute..Nadie nos nombra: nadie nos omite.Hemos invertido las palabras: ahora quienes construyen casa con pileta en el verdor, pueden decirse ajenos a la sequía.Decir no modifica lo que hacemos: decir estambra fuelles.Cierto es el silencio, que disloca asignaciones fijas en acontecimientos abiertos.Cierto es el balido, el error que nos nace, la puerta sin casa, tu lágrima, ave de agua negra y transparente.Cierta es la niña que no miramos, la cicatriz que amamanta bajo lanas perforadas que supimos donar.Solo con otras personas se hace político lo personal.Una bandera no es un flyer reenviado.Quien escucha con esquemas, aprisiona un estruendo.Lo que callamos escribirá con fuego un poema sin piel.Vamos a morir aunque perdure una química..Madre, no sé si has entendido.En esa voz que diste en las mañanastocan los pájaros su lengua.- piedras corridas por agua-fondean los pájaros sus alas.No sé, Marisa, si has entendido.En esa solemnidad de manos-coletazos, chalinas -baten picos los pájaros.En esa infantil luna que saludas-¿qué cambia la edad?-maduran su pelaje los pájaros.Pájaros madre, pájaros.Moviéndose descansan..El mar en este asunto de peces
es un destino y sus dudas.
Ir como río,
soltando para tener.
Ser agua,
peso del agua.
Llevar el deseo yendo.
.
Mi único canto es el que más me cuesta
el que no me pertenece
el que me ha tocado cantar.
Mi único canto está hecho de ondulaciones simples:
los cordones cuneta de mi barrio
el tempo del salario de mi madre
la naturaleza manual del padre de mi madre.
el que no me pertenece
el que me ha tocado cantar.
Mi único canto está hecho de ondulaciones simples:
los cordones cuneta de mi barrio
el tempo del salario de mi madre
la naturaleza manual del padre de mi madre.
Mi único canto es el trueno regular de mi sangre
el río que cruzo para ir a trabajar
el agua igual de cada día diferente.
Mi único canto brota si la gente que soy lo canta.
Soy de la gente con tiempo de sol en el rostro.
el río que cruzo para ir a trabajar
el agua igual de cada día diferente.
Mi único canto brota si la gente que soy lo canta.
Soy de la gente con tiempo de sol en el rostro.
Pablo Carrizo nació en la ciudad de Córdoba en 1978. Escritor, poeta y periodista. Integró el grupo de poesía Pan Comido.
Publicó los libros Ir (2016), Va a ser afuera (2021), Notas de una deriva (2022), El desvío era la órbita /2023, Mascarón de Proa), La segunda luz (2024, Lote 11)
Publicó las plaquetas de poesía Pez por la Boca (2007), El origen de una bandera (2007), Pesos (2012).
Foto de Hugo Suárez.