29/1/09

MIGUEL ANGEL BUSTOS




Vientre profeta sin tiempo


Yo no soy de ningún siglo.

Vivo ausente del tiempo. Soy mi siglo como soy mi sexo y mi delirio.

Soy el siglo liberado de toda fecha y penumbra.

Pero cuando muera, el profeta que hay en mí se alzará como un niño sin moral y sin patria. Un niño loco con lengua de alaridos. Entonces amanecerá en el millón de Galaxias.Madres del futuro; cuidado; cuando muera puedo volver.

Entonces, ay, vientre que me aguardas, dulcísima catedral de tinieblas.



Luna de Herodes


Si en la noche inmóviles policías sujetan perros de boca en piedra, yo tiemblo. Quiero alejarme no puedo, como en sueños.

Entonces alzo la mano a mi pecho el traspasado. No sea que a lo lejos entre selvas de hueso y aliento salga el aullido de aquel que devora mis entrañas. Y aullando prolongue en los perros guardianes un odio en silencio y dientes, que por milenios me persigue.


De Visión de los hijos del mal, 1967


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Miguel Ángel Bustos



Nació en Buenos Aires, el 31 de agosto de 1932. Entre 1952 y 1956 desarrolla su pasión por los idiomas (inglés, francés, portugués, italiano) y estudia hasta tercer año en la Facultad de Filosofía y Letras.
Entre 1960 y 1963 viaja por el norte del país, Brasil, Bolivia y Perú. Cuando regresa a Buenos Aires en 1964 se casa repentinamente y sufre una internación de casi un año en el neuro-psiquiátrico Borda donde conoce a Jacobo Fijman.
Entre 1966 y 1967 el dibujo comenzó a ocupar un espacio tan absoluto como el de su poesía; cuatro de sus libros están ilustrados por él. En 1968 obtuvo el Segundo Premio Nacional de Poesía por Visión de los hijos del mal. Era militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT). Colaboró como crítico literario y fue un asiduo colaborador del equipo periodístico que editaba el quincenario político “Nuevo Hombre” que, luego de Silvio Frondizi, dirigía Rodolfo Mattarollo.
Desaparecido por la dictadura militar el 30 de mayo de 1976.


Obras de Miguel Ángel Bustos


(1957) Cuatro Murales.

(1959)Corazón de Piel Afuera (prólogo de Juan Gelman).

(1965) Fragmentos Fantásticos.

(1967) Visión de los Hijos del Mal (prólogo de Leopoldo Marechal).

(1970) El Himalaya o la Moral de los Pájaros.


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La dictadura primero y los treinta años que le siguieron, hicieron que M.A. Bustos pasara casi desapercibido para el mundo literario, pero, la antología Libros de Tierra Firme, y ahora la edición de su obra completa en el Argonauta, hace posible que sigamos disfrutándolo.
Te vuela la cabeza. Por favor, leelo.
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7/1/09

Nicanor Parra a la una...


Nicanor Parra a las dos...


Nicanor Parra a las tres!!!




Cartas a una desconocida
Cuando pasen los años, cuando pasen
los años y el aire haya cavado un foso
entre tu alma y la mía; cuando pasen los años
y yo sólo sea un hombre que amó,
un ser que se detuvo un instante frente a tus labios,
un pobre hombre cansado de andar por los jardines,
¿dónde estarás tú? ¡Dónde
estarás, oh hija de mis besos!
Soliloquio del Individuo
Yo soy el Individuo.
Primero viví en una roca
(Allí grabé algunas figuras).
Luego busqué un lugar más apropiado.
Yo soy el Individuo.
Primero tuve que procurarme alimentos,
Buscar peces, pájaros, buscar leña,
(Ya me preocuparía de los demás asuntos).
Hacer una fogata,
Leña, leña, dónde encontrar un poco de leña,
Algo de leña para hacer una fogata,
Yo soy el Individuo.
Al mismo tiempo me pregunté,
Fui a un abismo lleno de aire;
Me respondió una voz:
Yo soy el Individuo.
Después traté de cambiarme a otra roca,
Allí también grabé figuras,
Grabé un río, búfalos,
Grabé una serpiente
Yo soy el Individuo.
Pero no. Me aburrí de las cosas que hacía,
El fuego me molestaba,
Quería ver más,
Yo soy el Individuo.
Bajé a un valle regado por un río,
Allí encontré lo que necesitaba,
Encontré un pueblo salvaje,
Una tribu,
Yo soy el Individuo.
Vi que allí se hacían algunas cosas,
Figuras grababan en las rocas,
Hacían fuego, ¡también hacían fuego!
Yo soy el Individuo.
Me preguntaron que de dónde venía.
Contesté que sí, que no tenía planes determinados,
Contesté que no, que de allí en adelante.
Bien.
Tomé entonces un trozo de piedra que encontré en un río
Y empecé a trabajar con ella,
Empecé a pulirla,
De ella hice una parte de mi propia vida.
Pero esto es demasiado largo.
Corté unos árboles para navegar,
Buscaba peces,
Buscaba diferentes cosas,
(Yo soy el Individuo).
Hasta que me empecé a aburrir nuevamente.
Las tempestades aburren,
Los truenos, los relámpagos,
Yo soy el Individuo.
Bien. Me puse a pensar un poco,
Preguntas estúpidas se me venían a la cabeza.
Falsos problemas.
Entonces empecé a vagar por unos bosques.
Llegué a un árbol y a otro árbol;
Llegué a una fuente,
A una fosa en que se veían algunas ratas:
Aquí vengo yo, dije entonces,
¿Habéis visto por aquí una tribu,
Un pueblo salvaje que hace fuego?
De este modo me desplacé hacia el oeste
Acompañado por otros seres,
O más bien solo.
Para ver hay que creer, me decían,
Yo soy el Individuo.
Formas veía en la oscuridad,
Nubes tal vez,
Tal vez veía nubes, veía relámpagos,
A todo esto habían pasado ya varios días,
Yo me sentía morir;
Inventé unas máquinas,
Construí relojes,
Armas, vehículos,
Yo soy el Individuo.
Apenas tenía tiempo para enterrar a mis muertos,
Apenas tenía tiempo para sembrar,
Yo soy el Individuo.
Años más tarde concebí unas cosas,
Unas formas,
Crucé las fronteras
y permanecí fijo en una especie de nicho,
En una barca que navegó cuarenta días,
Cuarenta noches,
Yo soy el Individuo.
Luego vinieron unas sequías,
Vinieron unas guerras,
Tipos de color entraron al valle,
Pero yo debía seguir adelante,
Debía producir.
Produje ciencia, verdades inmutables,
Produje tanagras,
Di a luz libros de miles de páginas,
Se me hinchó la cara,
Construí un fonógrafo,
La máquina de coser,
Empezaron a aparecer los primeros automóviles,
Yo soy el Individuo.
Alguien segregaba planetas,
¡Árboles segregaba!
Pero yo segregaba herramientas,
Muebles, útiles de escritorio,
Yo soy el Individuo.
Se construyeron también ciudades,
Rutas
Instituciones religiosas pasaron de moda,
Buscaban dicha, buscaban felicidad,
Yo soy el Individuo.
Después me dediqué mejor a viajar,
A practicar, a practicar idiomas,
Idiomas,
Yo soy el Individuo.
Miré por una cerradura,
Sí, miré, qué digo, miré,
Para salir de la duda miré,
Detrás de unas cortinas,
Yo soy el Individuo.
Bien.
Mejor es tal vez que vuelva a ese valle,
A esa roca que me sirvió de hogar,
Y empiece a grabar de nuevo,
De atrás para adelante grabar
El mundo al revés.
Pero no
: la vida no tiene sentido.


La metamorfosis de Tiresias o ¡Gracias por las tetas! dijo Tiresias



Los dioses castigaron a Tiresias otorgándole cuerpo de mujer... (machistas)


por castigar a las serpientes que se apareaban.




Según otra versión, Tiresias mujer fue una prostituta de gran renombre. El octavo año, de su conversión, Tiresias-mujer vuelve a ver de nuevo a las mismas serpientes aparearse.


Cómo reacciona? aceptando y dejando vivir. Por lo tanto, Hera le levantó el castigo y le devolvió su masculinidad.


Ovidio es el narrador. Un hombre de otras épocas, claro.


(Las Metamorfosis, III, 316-338).



En una discusión en el Olimpo, Zeus pretendía que en el acto sexual la mujer sentía más placer que el hombre y su esposa Hera pretendía lo contrario.



Los dioses decidieron pedir el consejo de Tiresias, que tenia la experiencia de ambos sexos. Tiresias se pone de parte de Zeus, y declara: "De diez partes un hombre solamente goza de una".


Hera inmediatamente lo volvió ciego por su impiedad. (dudo que Hera se halla ofendido, ustedes que piensan? )


"... no es conveniente para un sujeto ser tan ligero..." y condena los ojos de su juzgado a las tinieblas eternas» (Las Metamofosis, III, 316-338).


Zeus no podía ir en contra de la decisión de Hera, pero, para compensar su ceguera, le ofrece el don de la adivinación y una larga vida de siete generaciones humanas.




Como mujer. Para que la goce realmente.


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