He dado la vuelta.
He dado la vuelta sobre mí mismo sin encontrar descanso.
Dirigiéndose a mí, mis hermanos de raza han dicho:
«Tú no eres judío. No frecuentas la sinagoga».
Dirigiéndome a mis hermanos de raza, he contestado:
«Llevo la sinagoga en mi interior».
Dirigiéndose a mí, mis hermanos de raza han dicho:
«Tú no eres judío. Ya no rezas».
Dirigiéndome a mis hermanos de raza, he contestado
«La oración es mi columna vertebral y mi sangre».
Dirigiéndose a mí, mis hermanos de raza han dicho:
«Los rabinos cuyas palabras citas son unos charlatanes.
He dado la vuelta sobre mí mismo sin encontrar descanso.
Dirigiéndose a mí, mis hermanos de raza han dicho:
«Tú no eres judío. No frecuentas la sinagoga».
Dirigiéndome a mis hermanos de raza, he contestado:
«Llevo la sinagoga en mi interior».
Dirigiéndose a mí, mis hermanos de raza han dicho:
«Tú no eres judío. Ya no rezas».
Dirigiéndome a mis hermanos de raza, he contestado
«La oración es mi columna vertebral y mi sangre».
Dirigiéndose a mí, mis hermanos de raza han dicho:
«Los rabinos cuyas palabras citas son unos charlatanes.
¿Han acaso existido? y tú te has alimentado con sus palabras impías».
Dirigiéndome a mis hermanos de raza, he contestado:
«Los rabinos cuyas palabras cito son los faros de mi memoria
-uno sólo se acuerda de sí- y vosotros sabéis
que el alma tiene por pétalo una palabra»
Edmond Jabés
.
Dirigiéndome a mis hermanos de raza, he contestado:
«Los rabinos cuyas palabras cito son los faros de mi memoria
-uno sólo se acuerda de sí- y vosotros sabéis
que el alma tiene por pétalo una palabra»
Edmond Jabés
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
[a]Vertientes de pensamiento[/a]