A fines de 1966 Leopoldo Marechal viajó a Cuba para integrar el jurado del Concurso Literario de Casa de las Américas. La revista Primera Plana, le encargó entonces un reportaje sobre la vida en la isla. El texto de Marechal, una prueba más de su espíritu de cristiano viejo revolucionario, de su honda solidaridad con las luchas por la liberación de América latina, sobrepasó los límites de la censura impuesta por la dictadura militar y fue levantado de la revista cuando ya estaba impreso.
"¡Cuba, qué linda es Cuba! Quien la defiende la quiere más." Esta canción popular nos siguió, a mi mujer y a mí, durante los 40 días en que fuimos huéspedes de la isla de Fidel Castro, donde transcurre la experiencia económicosocial más fascinante de esta segunda mitad del siglo.Cuando la "Casa de las Américas" me invitó a visitar la patria de Martí, como jurado de su certamen anual de literatura, me asombré:—¿Cómo puede ser —me dije— que un Estado marxista-leninista invite a un cristiano viejo, como yo, que además es un antiguo "justicialista", hombre de tercera posición?Y decidí viajar a la isla en busca de respuestas a esa pregunta, y a otras que yo me había formulado acerca de un pequeño país del Caribe sobre el cual gravitan leyendas negras y leyendas blancas, miedos y amores tal vez prefabricados. Entre las cosas de mi equipaje llevaba dos aforismos de mi cosecha, útiles para estos casos:
1° "Hombre soy, y nada que sea humano me asusta", y 2° "El miedo nace de la ignorancia: es necesario conocer para no temer".
Fuente: Leopoldo Marechal, obras completas - Editorial Perfil
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Un capo don Leopoldo. A veces creo verlo todavía durante las caminatas por las calles de V. Urquiza cuando vengo desde Chacarita siguiendo las vias del viejo tranvía rural.
ResponderEliminarte encontré en un blog español, dicen que eres de Samoa americana, conozco todos tus caminos, los he recorrido a todos en largas cabalgatas, tu blog es muy bueno, diría que único aqui en Cba., me felicito por encontrarte, saludos
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