“Desalojemos de nuestra inteligencia la idea de la facilidad.
No es tarea fácil la que hemos acometido.
Pero no es tarea ingrata.
Luchar por un alto fin es el goce mayor que se ofrece a la perspectiva del hombre. Luchar es, en cierta manera, sinónimo de vivir.
Se lucha con la gleba para extraer un puñado de trigo.
Se lucha con el mar para transportar de un extremo a otro del planeta mercaderías y ansiedades.
Se lucha con la pluma.
Se lucha con la espada.
El que no lucha, se estanca, como el agua.
El que se estanca se pudre.”
El pueblo escucha, mira, coteja y continúa en silencio
su tráfico habitual.
El pueblo tiene esos desplantes de gran señor
porque la conciencia del pueblo sabe adonde va
aunque lo ignore cada uno
de los individuos que lo componen
Raúl Scalabrini Ortiz
No es tarea fácil la que hemos acometido.
Pero no es tarea ingrata.
Luchar por un alto fin es el goce mayor que se ofrece a la perspectiva del hombre. Luchar es, en cierta manera, sinónimo de vivir.
Se lucha con la gleba para extraer un puñado de trigo.
Se lucha con el mar para transportar de un extremo a otro del planeta mercaderías y ansiedades.
Se lucha con la pluma.
Se lucha con la espada.
El que no lucha, se estanca, como el agua.
El que se estanca se pudre.”
El pueblo escucha, mira, coteja y continúa en silencio
su tráfico habitual.
El pueblo tiene esos desplantes de gran señor
porque la conciencia del pueblo sabe adonde va
aunque lo ignore cada uno
de los individuos que lo componen
Raúl Scalabrini Ortiz
Raúl Scalabrini Ortiz (Corrientes, 14 de febrero de 1898 – Buenos Aires, 30 de mayo de 1959), fue un pensador historiador, filósofo,periodista, escritor, ensayista, y poeta argentino, agrimensor de profesión. Fue amigo de Arturo Jauretche y Homero Manzi, con quienes formó parte de FORJA ("Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina"). Adhirió a la corriente revisionista de la historiografía argentina.
Fuente: Wikipedia
Raúl Scalabrini Ortiz pensaba escribir una novela sobre Buenos Aires, pero produjo un ensayo. Empero una forma prenovelesca recorre El Hombre que está sólo y espera. Es la peripecia de un héroe que transita por las calles de la ciudad, que ama buscando el destino que lo integrará a sus compatriotas. Es cierto: está solo, espera, pero no se queda quieto.
El pensamiento de Scalabrini continúa la mejor herencia del existencialismo espiritualista occidental. Su preocupación por el Hombre, similar a Spinoza, Goethe, Hegel y Marx, lo ubican no solamente como iniciador del pensamiento nacional argentino, sino también como profundo crítico de la sociedad burguesa. Al denunciar la sociedad colonizada desmenuzó, por consiguiente, a la base contradictoria que la posibilita, y su metodología materialista, sus propuestas políticas e ideológicas inscriben un precedente óptimo del nuevo humanismo argentino y latinoamericano que el pueblo está forjando, del socialismo que se acerca.
Fuente: El Historiador.com
Si bien Perón reconoce en variadas oportunidades, el aporte ideológico de Scalabrini, su gobierno no le brinda el acceso a "los medios" para que difunda su "pedagogía nacional". La burocracia peronista, por su parte, choca con este místico de la política, contumaz crítico de toda desviación o inconducta. Por ello se retrae dela vida pública y se dedica a plantar álamos en las costas del Paraná.
De esa época afirma: "Hay muchos actos y no de los menos trascendentales de la política interna y externa del Gral. Perón que no serían aprobados por el tribunal de ideas matrices que animaron a mi generación…..En el dinamómetro de la política esas transigencias miden los grados de coacción de todo orden con que actúan las fuerzas extranjeras en el amparo de sus intereses y de sus conveniencias". Y agrega: "No debemos olvidar en ningún momento- cualesquiera sean las diferencias de apreciación-que las opciones que nos ofrece la vida política argentina son limitadas. No se trata de optar entre el Gral. Perón y el Arcángel San Miguel. Se trata de optar entre el Gral. Perón y Federico Pinedo. Todo lo que socava a Perón fortifica a Pinedo, en cuanto él simboliza un régimen político y económico de oprobio y un modo de pensar ajeno y opuesto al pensamiento vivo del país". Por eso, cuando le proponen participar en un golpe contra el gobierno, rechaza la invitación. Por eso, también, es uno de los primeros en alistarse en la "Resistencia", en setiembre de 1955, a la caída de Perón.
El golpe militar del 16 de setiembre propicia el retorno oligárquico. Ahora han vuelto los hombres de paja del imperialismo, los mismos del los años treinta.
Otra vez los amigos de los ingleses, otra vez los personeros dela oligarquía, otra vez los pactos claudicantes, de nuevo los bancos privados, los tratados vergonzosos, las devaluaciones para engordar las arcas de los ganaderos. Y de nuevo entonces, piensa Scalabrini, hay que plantear como única y absoluta prioridad: la Revolución Nacional. Todo parece volver hacia el pasado y las ideas de Scalabrini se afirman en su vieja lucha. Desde "El Líder", "De Frente" y "El Federalista" se constituye en crítico implacable. Cerrados estos periódicos, escribirá desde mediados de 1956 en la revista "Qué".
La Revolución Nacional, por sobre todo, piensa Scalabrini y así redobla sus esfuerzos para romper el continuismo. Esa posición lo lleva a colaborar con Frondizi y Frigerio entendiendo que debe usar a "Qué" como vocero de sus ideas, más allá de sus diferencias que pueda tener con los teóricos de la burguesía nacional.
Todo el año 1957 Scalabrini ataca semana a semana las medidas retrógradas y pro imperialistas del gobierno. Puede decirse que a través suyo se expresa la Argentina auténtica que se niega a volver al pasado. El 23 de febrero de 1958 el Frente Nacional, que lleva a Frondizi para presidente, aplasta a la reacción en las urnas, pero la entrega del poder es condicionada. Por eso Scalabrini entiende que debe seguir apoyando, aún disintiendo en muchos aspectos, al gobierno frondizista. Por eso también acepta la dirección de la revista "Qué",convertida ahora en revista oficialista.
Durante poco tiempo, sin embargo, permanece en su dirección (menos de tres meses). La publicación de los contratos petroleros en los últimos días de julio de 1958,lo decide a renunciar. Escribe entonces un artículo titulado "Aplicar al petróleo la experiencia ferroviaria" y deja constancia de su disentimiento con los contratos, en especial con lo pactado con la Banca Loeb. No desea, sin embargo, romper frontalmente con el gobierno cuando éste se encuentra jaqueado por los gorilas y prefiere irse calladamente. Por otra parte, ya está preso de un cáncer que lo llevará a la muerte pocos meses después.
Desde esa separación, Scalabrini Ortiz ya no actúa públicamente pero sus amigos y sus familiares saben que una tristeza lo domina por la traición del frondizismo. El 31 de diciembre de 1958, Frondizi anuncia la adhesión de la Argentina al Fondo Monetario Internacional (FMI) y en enero de 1959 se abraza con los banqueros de Wall Street; mientras los tanques derrumban las verjas del Frigorífico Municipal (en la ciudad de Buenos Aires) para sofocar a los obreros en huelga. Pero Scalabrini, ya nada puede decir: está vencido por la enfermedad y después de un período de postración, fallece el 30 de mayo de 1959.
En el cementerio, Jauretche recuerda que Scalabrini fue el maestro, el que les permitió pasar del antiimperialismo abstracto al antiimperialismo concreto, descubriendo la verdadera realidad argentina, como paso previo al intento de transformarla. Por eso concluye su despedida con estas palabras: "Raúl Scalabrini Ortiz …..Tú sabes que somos vencedores… vencedores en esta conciencia definitiva que los argentinos han tomado delo argentino. Por eso hemos venido, más que a despedirte, a decirte: ¡Gracias, Hermano!"
Fuente: http://www.discepolo.org.ar
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