Poemas a Manón
Te abrigué en mi sangre.
Te di mis cuidados y desvelos.
Te di un nombre y coloqué en tu cuna
Pero te traje a un mundo mórbido que hiere, lacera
el alma desde adentro. Muerde y mutila. Mata.
Echa espumarajos de cenizas desde su boca
abierta en todos los rincones, en todos los países.
Te traje a este mundo que es lo que es.
Enfermo de su flaccidez y su obsecuencia.
Silencioso en su ominosa capacidad de olvido.
Implacablemente bárbaro, feroz.
Mezquino. Sórdido. Cruel de crueldad infinita.
Ahora estoy pensando
en los niños de Siria y en el gas de sus cunas,
en los niños de nuestra tierra, en los niños…
***
Creo en vos. Afirmo la madera con la que estás hecha,
tu sangre buena y limpia de odios,
tu inteligente y combativa entrega a las causas que gritan por
/justicia,
tu lucha comprometida y cotidiana, tu nervio, tu hostilidad al mal.
Declaro categóricamente tu amor orgulloso por la vida.
Que se enteren los honestos, los sensibles, los buenos.
Y que los miserables-avaros-violentos sepan
que será tu grito incluido en otros gritos como el tuyo,
tu hombro contra otros hombros, convicción
esperanzada siempre y que no ceja y empuja.
Y viéndote en esta batalla y creyendo en vos
me sucede que a veces
todavía creo.
***
Una mujer brotada de mi cuerpo que arropé y aún arropo.
Un tifón de emociones y ternuras, rival
de toda la voracidad canalla
en esta gesta heroica que es vivir aquí y en el capitalismo.
Volver a sentir que no será inútil el esfuerzo,
cuando no solo la patria sino toda la Tierra reclama amor y
/justicia
a tumbos de aleteos de la sangre.
Esta tarde –y esto es más claro que los estuarios de luz de tus ojos
/negros–
descubro que se nos han invertido los roles, Manon,
porque con tanta vida que regalás a borbotones,
amando tanto y tanto y tan así
me estás abrigando a mí.
.
Poema del libro MARINAS
Usted estaba desnuda cuando me dijo:
"Con una flecha devanada de una pestaña tuya:
Traducción al gallego de Arsenio López.
Vostede era nuda cando dixome:
Co unha frecha feita de unha pestana túa: Apreixras o ar que atopo aquela gaivota é gardaras seu aroma de paxaro na sua luz. Será teu xantar de domingo, cando o teu nome sea a delicadeza do esquecemento.
.
Tango a la casa de la calle Necochea 1115, La Boca, el 7 de febrero de 1993
Se chifló la marea de las aguas
sucias de este Río de La Plata.
Se chifló en un envión trastornado,
desbrujulada,
lenguaza sublevada.
Y yo
en tu balcón
mirando.
Calor de febrero y sudestada.
Sombras de ese atardecer,
harapos, jirones en carne viva
en el torrente de fango
y en mi melancolía.
Pasó un árbol meduseando.
Pasaron
un armario, un sillón de pana azul,
una mesita de luz
y hasta un barco desanclado,
por la calle,
navegando.
Y yo, rehén,
en tu balcón
mirando.
Río
en la serpentina de su reviro.
Río desaforado, sacrílego,desangelado.
Se llevó desbocado la quietud de La Boca,
la madrugada libertaria,
la sábana, el pan,
el abrazo de amor.
Y yo,
en tu balcón.
Llorando.
.
Tango a la luz de Buenos Aires que se apaga desde los ojos de Mónica
En esta hebrita tuya, de perla anocheciendo,
a lomo de sonámbulos,
a lomo del sopor de este verano
lleva perdida en su laberinto de vacío Mónica
la pradera insomne de sus ojos.
Los ojos de Mónica,
a mercede de tu vuelo indiferente de resolana gris.
Luz en la sordina de este anochecer de febrero en Buenos Aires
dale un trago de sol de rascacielos
dale, ciudad arisca, brumosa en el barro del cartón
de tus veredas
un sorbo apenas de la luz de tus fachadas, lámparas
para su sed traidora y asesina.
Los ojos casi ya de un desvariado gris.
Los ojos ovillados, sin huéspedes.
Los ojos de Mónica en febrero en Buenos Aires.
Poemas del libro "Con bandoneón" de Virginia Segret Mouro, Ediciones Tenía Razón el Malón - 2009.
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