8/1/19

Roque Dalton



Alta hora de la noche

Cuando sepas que he muerto no pronuncies mi nombre
Porque se detendría la muerte y el reposo
Tu voz que es la campana de los cinco sentidos
Sería el tenue faro buscado por mi niebla
Cuando sepas que he muerto di sílabas extrañas
Pronuncia flor, abeja, lágrima, pan, tormenta
No dejes que tus labios lleven mis once letras
Tengo sueño, he amado, he ganado el silencio
No pronuncies mi nombre cuando sepas que he muerto
Desde la oscura tierra vendría por tu voz
No pronuncies mi nombre
No pronuncies mi nombre
Cuando sepas que he muerto no pronuncies mi nombre

orígenes
I
tu pie descalzo ante la dura tierra: barro en el barro.
tu rostro unánime ante el pueblo: sangre en la sangre.
tu voz viril de campo enardecido: grito en el grito.
tu cuerpo, catedral de músculo rebelde: hombre en el hombre.
tu corazón de pétalos morenos, sin espinas: rosa en la rosa.
tu paso hacia adelante presuroso: ruta en la ruta.
tu puño vengador, alzado siempre: piedra en la piedra.
tu muerte, tu regreso hacia la tierra: lucha en la lucha.
anastasio izalco, lempa aquino:
desde que tú nacistes se ha hecho necesario apedillar
la lucha y ponerle tu nombre.
(fuego desde el jalponga y el huiscoyolapa,
grito desde el añil, amor desde la hondura de tus puños,
lava desde tu pecho hasta el chicontepeque,
pueblo desde el ayer hasta la vida.)
río y volcán: un hombre.
II

has nacido
para desentrañar la solución del odio,
para ascender, llevando al pueblo de la mano,
a la altura del trueno;
para romperle el alma al hambre,
para llenar de rosas liberadas la mirada del pobre;
para bordarle el corazón a la mañana
y establecer su exacta nitidez entre los pueblos que esperan;
para decirle al soldado, al cura,
al poeta repleto de soledades sórdidas,
a todo aquel que se quedó en la noche,
que aún contamos con él para construir el mundo proletario
que nos dará la dicha así,
sencillamente,
como se da la mano,
la tierra,
la esperanza…


Roque Dalton García (1935-75), poeta revolucionario, narrador, dramaturgo, periodista, ensayista salvadoreño. Eduardo Galeano lo recuerda así:
    "Roque Dalton, alumno de Miguel Mármol en las artes de la resurrección, se salvó dos veces de morir fusilado. Una vez se salvó porque cayó el gobierno y otra vez se salvó porque cayó la pared, gracias a un oportuno terremoto. También se salvó de los torturadores, que lo dejaron maltrecho pero vivo, y de los policías que lo corrieron a balazos. Y se salvó de los hinchas de fútbol que lo corrieron a pedradas, y se salvó de las furias de una chancha recién parida y de numerosos maridos sedientos de venganza… No se salva de sus compañeros. Son sus propios compañeros quienes condenan a Roque por delito de discrepancia. De al lado tenía que venir esta bala, la única capaz de encontrarlo."
    Obtuvo el premio Casas de América en 1969.
    Pensaba sus poemas como una visión latinoamericana de los conflictos actuales, que al mismo tiempo son los mismos desde los comienzos de los tiempos. Confiaba en desestructurar el compromiso, la desgarradura personal es inevitable.
    No era amigo de dar consejos a los escritores, pero deja estas ideas válidas en todo orden de la vida:
    - A los viejos escritores, que rejuvenezcan lo antes posible, a los que sean honestos, que sigan siéndolo.
    Fundó el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), una base importante para lo que luego sería la guerrilla salvadoreña. Fue acusado de rebeldía, insubordinación, ser enamoradizo y soliviantar compañeros de lucha, ser agente de la CIA, etc. por compañeros que dijeron años más tarde pertenecer a la cultura del rock y sentirse más cerca de EEUU que del Soviet. Por ellos ejecutado el sábado 10 de Mayo de 1975,   sus propios compañeros de esa organización, y su cuerpo abandonado en un lugar donde los servicios de la Contra en el Salvador ejecutaban dirigentes gremiales y políticos.
    El asesinato de Roque fue “injusto, un error de juventud, el más grave que cometí”, le dijo el propio Villalobos, uno de sus ejecutores  casi 18 años después al periodista Juan José Dalton, hijo de la víctima, quien en 1993 lo entrevistó serenamente durante tres encuentros. El muchacho no admitió la explicación: “Ello sería aceptar que esa etapa de la vida –la juventud– es potencialmente criminal”, escribió en el periódico Excelsior, de México. 
    Sus ejecutores, asustados por la palabra "asesinato" lo niegan. Hablan de un "proceso político" que culmina con la desaparición física de Roque Dalton y otros miembros del ERP.

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